J.M.J.T. Convento del Espíritu Santo, mayo de 1919
Señora Lucía Solar de Fernández
Que Jesús sea con mi mamachita querida:
Hoy, como es domingo, no tenemos tantos quehaceres, y nuestra Madrecita me permite me traslade un momentito a su lado para conversar. Pero ahora tiene que poner dos sillas, porque voy con mi Jesús. Ya nos es imposible separarnos. ¡Qué felicidad…
No sabe cuánto gozo con sus cartitas. Todas ellas me dicen que los sentimientos divinos de mi alma encuentran un eco fiel en la de mi mamachita querida. ¡Cuántas gracias le doy a mi buen Jesús por haberme dado una madre como la que tengo, una madre que sólo mira los intereses divinos! Amemos, mamacita, a ese Jesus que es tan aborrecido y ofendido. Consolémosle a cada segundo diciendo que le amamos. Le gusta tanto este canto no interrumpido de amor… Amémosle en cada uno de nuestros actos, haciéndolos con perfección y sólo por agradar a El. Amemos su adorable Voluntad en cada una de las circunstancias de nuestra vida. Cuando se ama, todo es alegría; la Cruz no pesa; el martirio no se siente; se vive más en el Cielo que en la tierra. La vida del Carmelo es de amar. Esta es nuestra ocupación.
Le aseguro, mamacita, que es hambre, que es sed insaciable la que siento porque las almas busquen a Dios. Pero que le busquen no por el temor, sino por la confianza ilimitada en su Divino Amor. Cuando un alma se entrega así, Jesús lo hace todo, porque ve que esa alma es miserable e incapaz de todo bien, y como la ve llena de buena voluntad y desconfiada de sí misma, se conmueve su amante Corazón y la toma por su cuenta.
Busque, mamacita, a Dios de esta manera y verá que Dios se acercará más a Ud. y la arrojará más hondamente en el océano infinito de amor. Parece que a N. Señor le agrada mucho esto, pues hace sentir su presencia al alma sensiblemente. Abandonémosle todo, mamachita linda, a su adorable Voluntad, y El todo lo hará, porque nos ama infinitamente.
Respecto a lo que me dice de Miguel, me ha dado mucha pena y rezo muchísimo por él. Ya sabe que he venido al Carmen para convertirlo. Nuestra Madrecita, con su excesiva bondad, está ofreciendo todo por él y todas mis hermanitas rezan también. Confiemos, y el Sdo. Corazón lo arreglará todo para su gloria. Las súplicas de una madre Dios no las desoye jamás. Así pues, suframos, oremos y amemos. Esta ha de ser nuestra consigna para conseguirlo
No se imagina cómo me cuida nuestra Madrecita. Llegó el otro día al colmo de creer que no tenía bastante ropa en la cama, y después de tocar para recogerse, ella misma fue a buscarme más ropa para abrigarme; y en todo obra así. Me regalonea demasiado. Me llega a confundir, pues no merezco que nadie se preocupe de mí. Pero parece que está de acuerdo con N. Señor, pues los dos no se dan tasa para colmarme de cuidados. ¿Qué hacer sino agradecer ?
Estoy feliz, pues tengo el oficio de despertadora. Me levanto un cuarto de hora antes para despertar a mis hermanitas. Es lo más delicioso, pues está oscuro todavía, con luna. Y soy la primera que me voy al coro. Allí, delante de N. Señor, sola, cuántas cosas no le digo, mamachita linda, por todos; pues a esa hora tiene que estar muy generoso, pues toda la noche acopia las gracias para las almas. Me encanta este oficio, pues tengo que llamar a mis hermanas a la oración, y ya que mis alabanzas son tan pobres al menos llamo a otras almas que saben amar y alabar mejor al Divino Prisionero.
Hoy también fui a la cocina para aprender a cocinar. Me encanta, y recordaba a la Susana en sus apuros.
Principiamos el mes del Sdo. Corazón. Ya supondrá con qué devoción y recogimiento se hace. Primer mes del Sdo. Corazón en el Carmen, ¿no es un sueño? Rezan esa oración que Ud. rezaba: «Oh Jesús, os consagro mi corazón» y que tanto me encanta.
Tenemos un Niñito Jesús regalado por nuestra Madre Margarita en el Noviciado. Antes lo tenían en el coro y, desde que llegué, lo trajeron para acá. Todas ayer reclamaban al Niñito Jesús pero nuestra Madrecita no nos lo quiso quitar. Se lo habían llevado al coro y El se vino con su Teresa, y he pasado una hora encerrada en mi celdita diciéndole mil disparates, porque estoy loca, pero bien loca…
El jueves entramos a retiro por ocho días para prepararnos a Pentecostés. ¡Qué rico! Rece por su Teresita para que sea loca endiosada, ¿no?
Ojalá, mamacita, les pidiera a las Madres del S. Corazón ese canto «Repetiré canto de amor». Creo que lo llaman «amor y sacrificio», pues mis hermanitas desean cantarlo; y también «Cor Jesu, Rex», que ojalá los prestaran y se podrían copiar. Por favor, envíenos lo más ligero posible los encargos hechos en la carta a la Rebeca. Dios le pagará todo, mamacita.
Adiós. Se acaba el papel y el tiempo. Nuestra Madrecita le envía cariñosos recuerdos. Lo mismo mis hermanitas. Deles a mi papacito y hermanos un abrazo muy apretado, y Ud. reciba el inmenso cariño de su indigna
Teresa de Jesús, Carmelita
Saludos especiales para mi tía Juanita, misiá Julia, Sra. Ester Pellé, Madre Josefina. De cada una me acuerdo especialmente. Lo mismo dígales a misiá Juanita Ossa y niñitas. Me acaban de entregar sus cartas. Agradézcales mucho a nombre de nuestra Madrecita y Hermanitas su regalito, y que pronto les escribiré. Saludo a mi mamita, y a la Rosa y cada una de las de casa. ¿Qué es de Lucecita? A Dios. En El vivamos alabando y amando. ¿Cuándo se va la Rebeca al Colegio? Saludos para las Madres, que muy unida les estoy. Vino el Padre Avertano y me confesé con él. Me gustó mucho. Es muy santo y espiritual.