36. ¡Cuándo seré carmelita! Todo con María

36. ¡Cuándo seré carmelita! Todo con María

Octubre 31 [1917]. Tengo pena, pues siempre que le pido plata a mi papá, me dice que no tiene. ¿Qué iré a hacer cuando me tenga que dar la dote para ser carmelita? ¡Ah, Jesús querido! Yo creo que no va a querer dejarme ir. Veo tanta hostilidad contra ellas. Jesús mío, confío en Ti. Eres Todopoderoso. Ven a robarme y que sea pronto, muy pronto y para siempre. Mañana está de fiesta el Cielo. Mi alma es un cielo, pues en ella está Jesús; luego mañana es mi fiesta. Voy a cantar todo el día. Seré alabanza de gloria para mi Dios.
Noviembre 1o. He pasado todo el día con un dolor atroz al estómago. En fin, que se haga la voluntad de Dios. La meditación y la acción de gracias ni supe cómo las hice, pues ya me caía con las fatigas que tenía. Dios me dispensará. Hoy rezamos el oficio de difuntos. Es tan lindo. Me encantaba lo que entendía. ¡Cuándo seré carmelita para cantar diariamente las alabanzas del Señor!

Noviembre 2 [1917]. Me fui a confesar. ¡Cómo me comunica paz Dios por este Sacramento! Sí. Me siento [con] ánimo ahora para sufrir por mi Jesús. Le dije que si quería que cambiase el examen particular. Me dijo que lo hiciera sobre la devoción a la Virgen. La primera semana, que meditara en la grandeza de María. La segunda, en la bondad de su corazón. La tercera, en el amor maternal de su corazón. La cuarta, cómo la debo honrar, amar y poner toda mi confianza en Ella. Me dijo que todo se lo diera a María para que ella se lo presentase a Jesús. Me dijo que debía hacer lo posible para vivir sin el consuelo y los gustos en la oración. Que todo lo debía hacer lo mismo, aunque no encontrara gusto; que me resignara a vivir así. Me dio permiso para ponerme un cordel con nudos.
Estoy enferma. No puedo comer nada. Ayuno. Estoy feliz. Qué bueno es mi Jesús que me da su Cruz. Soy feliz. Así le demuestro mi amor. Además, los zapatos me lastiman. No me quejaré para ofrecérselo a la Virgen. Estoy sola. No comulgo, pero estoy en la cruz y en ella está Jesusito. Vivo, pues, en permanente comunión. Jesús, te doy gracias por la cruz. Cárgala más, pero dame fuerza, amor. Sé que soy indigna de sufrir, Jesús, contigo. Perdóname mis ingratitudes. Apiádate de los pecadores. Santifica a los sacerdotes.