Mayo 25 [1918]. Me confesé con el Padre López. Gusté de la paz que hacía tres meses no encontraba. Me dijo que suplicara a N. Señor me diera la fuerza para ser buena; que El me la daría. Que, si ahora estaba en este estado, era porque Jesús confiaba en que yo me inmolaría aún más. Que cada hora renovara mi propósito. Que me ofreciera enteramente a Dios, a su divina voluntad, sin determinar nada respecto a mi vocación. Que viviera de espiritu de fe. Que repitiera a menudo la jaculatoria: «Jesús manso», etc.
Día de la Madre Barat. Le estoy muy agradecida, porque me ha hecho un gran favor.
Predicaron a la maravilla sobre la educación, que consiste en posesionarse de las facultades por Dios. La prudencia es la ciencia de los santos, de los sabios. La prudencia y la modestia son el arco donde se colocan las demás virtudes. La educación de la mujer es más importante que la del hombre, pues ella lo formará.
Mayo 28 [1918]. Tengo una devota. Tengo pena, pues me va a hacer perder todo lo que he ganado respecto a la humildad, pues me lleva contemplando. Dios mío, te pido que yo sea olvidada, despreciada. Jesús mío, yo no deseo el amor de las [criaturas].
Junio 7 [1918]. Día del Sdo. Corazón. Hoy hace un año que recibí la medalla de Hija de María. ¡Oh, qué gracias me ha concedido mi Madre! Le he prometido a N. Señor la renuncia completa de mi voluntad: hacer aquello que no me gusta siempre. Pienso que cómo no me vuelvo loca de amor por Jesús, siendo digno de toda mi veneración, amor y desvelo. Cuán poco lo amo en comparación de lo que El me ama. ¿Cómo no me vuelvo loca por El?
Junio 8 [1918]. Tengo una pena tan grande… La Madre Izquierdo está como enojada conmigo. Yo no sé lo que he hecho. Ya no es la misma Madre de antes para conmigo. Yo a ella le guardo el mismo cariño y confianza. Esto me llega al alma. ¿Por qué, Jesús mío, pones este hielo alrededor de mi pobre corazón? ¡Ah!, es porque me amas. Me quieres cercar sólo de tu amor para que no me apegue a ninguna criatura. Esto me sirve para ver que el amor en la tierra no existe, sino en Dios; pues, si las almas regaladas y escogidas, santas, olvidan y son indiferentes, ¿qué serán las otras personas? Sólo Tú, Jesús, eres el único capaz de enamorarme.
Estoy contenta, feliz, y muy agradecida a N. Señor y a la Virgen, porque todos han comulgado este año. Jesús mío, sé el Jesús de Betania.