Julio 11 [1918]. «Fiat voluntas tua», he aquí mi oración. No pido otra cosa. Esta mañana Jesús me ha pedido que no llore por mi salida del colegio, pues es esa su voluntad. Yo le dije que entonces las monjas me creerían era desagradecida; pero El me hizo ver cuán apegada estaba a [lo que] las criaturas decían. Que rezando por ellas sería agradecida. Voy a ofrecer el sacrificio por mi papá y hermanos.
Julio 15 [1918]. Madre mía, a tus pies postrada, te prometo cumplir el reglamento perfectamente porque él se convierta. Madre mía, te ofrezco el sacrificio de salirme del colegio sin derramar una lá-grima. Tú sabes lo que lo quiero. Además, la Rebeca… Madre mía, todo por él. También principio a no tomar dulces de ninguna especie hasta que me salga.
Julio 17 [1918]. Ayer le dije a Jesús que, si era verdad que El me hablaba, hiciera que la Madre Izquierdo me hiciera esta pregunta: «¿Ama a N. Señor?». Cómo sería hoy mi turbación, cuando oigo a la Madre que me dice: «¿Ama a Cristo?». Yo me puse granate de emoción y me callé y ella me dijo: «¿Y no me contesta con toda su alma?». Yo le dije: «Sería un monstruo, si no le amara». ¡Oh, qué bueno es Jesús para con esta vil esclava! ¡Oh, Jesús, me anonada y me confunde tu amor!
Julio 19 [1918]. N. Señor me pide me mortifique en todo. No sólo en no darme gusto, sino que también en las comidas; que coma de todo un poco. Y siento debilidad en el día, pero se lo ofrezco a Jesús. Pero el Padre me ha dicho que no me prive de la comida; y otro Padre me dio permiso para ayunar una vez a la semana, y no sé qué hacer. Creo que lo mejor es consultarlo con Jesús.
Julio 20 [1918+. He sufrido como nunca en mi vida. Estoy feliz. Ha sido un cielo para mí. Me iban a sacar una muela, pero se partió y no me la pudieron sacar. Hubo un momento que perdí la cabeza del dolor. Me da no sé qué haber llorado, pero no pude más. Todo se lo he ofrecido a N. Señor por ellos. He sufrido todo el día y he aparentado como que no me dolía. ¡Oh Jesús, quiero sufrirlo todo por mis pecados y por ellos!
Julio 21 [1918]. Me duele mucho la muela, pero no digo nada. Quiero sufrir en silencio por ellos.
Reverenda Madre: Me faltan sólo quince días para salirme del colegio y aunque tengo pena, quiero cumplir la voluntad de Dios con alegría. Rece mucho por mí; voy a principiar a luchar con el mundo y pienso que en las vacaciones pediré el permiso para irme a las carmelitas. Veo que es esa la voluntad de Dios; pues se han allanado muchas dificultades que antes me parecían insuperables. Pienso, en mi casa, llevar una vida de oración: levantarme a las cinco y media y hacer, desde las seis a las siete, meditación. A las once y media, examen. En la mitad del día, lectura espiritual y, en la tarde, una hora de oración.
Julio 28 [1918]. Tengo mucha pena, porque sólo me falta una semana para salirme, pero quiero hacer el sacrificio heroicamente sin derramar lágrimas. Lo que aumenta mi pena es la indiferencia de la M. Izquierdo para Conmigo. Después de haberla querido como la he querido, de haberle dejado leer en mi alma, he aquí lo que obtengo. Esto me enseña que ni las criaturas más santas saben amar. Adiós a todo cariño humano. Sólo en Jesús encuentro ese amor constante, amor sin límite, amor infinito.
Julio 29 [1918]. Está resuelta mi salida del colegio. Tengo pena porque voy a dejar este colegio donde vivo con N. Señor, aislada de todos los peligros del mundo.
Julio 30 [1918]. Fui a donde la M. Vicaria.
Me dio consejos muy bonitos y sabios.
Me dijo que me resignara a salirme, pues esa era la voluntad de Dios.
Que fuera el ángel tutelar de la familia.
Que me levantara a misa e hiciera todos los días meditación. Que me acordara era Hija de María.
Que la imitara.
Que fuera humilde.
Que soportara las humillaciones.
Que no me dejara llevar por las impresiones.
Que conservara la serenidad en el rostro a pesar de las contrariedades y penas.
Que fuera muy cariñosa con mi mamá, que ahora llegaba el tiempo de agradecerle no sólo de palabras sino de obras todo cuanto ha hecho por mí.
Que le ahorrara las penas, la consolara, la ayudara en todo. Que fuera muy cariñosa con mi papá.
Con mis hermanos; que fuera un ángel, los aconsejara.
Que fuera tan virtuosa y abnegada que hiciera a todos simpá tica la virtud.
Que estudiara, porque hoy más que nunca la mujer debe ser instruida.
Por fin, me dijo que siempre quedaba en el corazón de las Madres, que contara con sus oraciones y sacrificios.
Que el Sdo. Corazón lo mirara como mi propia casa.
Que cuando quisiera consejos, los fuera a buscar allá.
Julio 31 [1918]. Me sacaron la muela, gracias a Dios, pero cloroformada. He sufrido con la muela como ya no es posible decir. Pasé dos noches sin dormir y ayer gritaba del dolor; pero en la noche me propuse no llorar para ofrecérselo a Dios y aguanté el dolor toda la noche sin quejarme. Quiero a la muela porque me ha hecho sufrir.
Agosto 2 [1918]. Hoy, viernes primero, sin comulgar porque no me pude levantar. Tengo mucha pena, pero en fin, lo tengo en mi corazón y estoy con El. Hablé ayer mucho con la Herminita, pidién-dole que fuera más piadosa. Me voy a proponer cambiarla enteramente. Que Jesús sea nuestra unión. Y nuestra amistad sea un continuo acto de alabanza de gloria.