06. A Carmen de Castro Ortúzar 3 de marzo de 1916

06. A Carmen de Castro Ortúzar 3 de marzo de 1916

Señorita Carmen De Castro Ortúzar 

Mi encantadora Carmenchita: 

Yo creí que te habías olvidado ya de mí, y no esperaba carta, cuando me llegó tu cartita ideal. 

No sé por qué empezar, porque tengo que contarte muchas cosas. Te diré que faltan 7 días ¿no piensas? Sólo 7 días para estar en ese calabozo. Se me hiela la sangre sólo de pensarlo. Le escribí a la Madre Ríos, ¿qué te parece? ¿Te contestó la Popa? 

Ya se acabaron las misiones, que fueron preciosas. Vinieron los Padres del Corazón de María. Predicaban muy bien y son muy divertidos. Todos los días hicimos catecismo a 60 niños, 24 de los cuales hicieron la Primera Comunión. Comulgaron 619 personas. Se confirmaron 70 y hubo un matrimonio. ¿Qué te parece? El domingo, último día de la misión, tuvimos una procesión con el Santísimo. Por todas partes donde debía pasar el Santísimo los huasos habían arreglado arcos. Había 3 altares, dos arreglados por ellos mismos y el otro por nosotras. A las 5 principió la procesión y terminó a las 8 con plática y todo. Fue muy bonita y conmovedora . 

Estoy apurada con los temas de las vacaciones que nos dieron, pues son muy largos. ¿Tú [los] has hecho? ¡Cómo lo estarás pasando de bien cuando estás tan entusiasmada! ¿Y la Inés? ¿Cómo le va con Lira? Y las Salas ¿pololean mucho? ¿Has visto a la Meche Mena? Yo le escribí al mismo tiempo que a ti, pero no sé si le ha llegado la carta, porque no me ha contestado. 

El otro día soñé que estábamos internas las tres, es decir, tú, la Meche y yo, y que estábamos felices, y que jugábamos en el recreo de la noche todo el tiempo solas. ¡Qué lástima que ha sido sueño! Sería feliz si tú estuvieras. ¿Por qué no te entusiasmas, linda? Ya veo que estaríamos juntas en todas partes. 

Pero son sueños que nunca tendrán realización, y no me acordaba que, cuando se está interna, se es muy desgraciada. Yo quiero que siempre seas feliz, aunque yo sufra. 

Tú dices que tu carta es poética, y yo digo que la mía es fantástica… Pasemos a otra cosa. Dimos las dos con la Rebeca un banquete. ¿Te llegó invitación? El banquete se dio en la Alameda de los Nogales, y el cocinero mayor fui yo, y la Rebeca, ayudante. El menú era el siguiente: Cazuela de perdiz (todo hecho por nosotras), locro falso, empanaditas al horno, humitas, feafteack con papas fritas, torta de manjar blanco. Todo estaba de chuparse los 

dedos, y asistieron al banquete mi mamá y Lucho. Nos reímos como tú no te imaginas; pero vieras, todo hecho por nosotras en una cocinita que tenemos. A mí me encanta hace; quién sabe si haga otra vez antes de irnos. Da risa ver en los platitos lo que cabe. No sé si tú viste la cocina en Santiago. 

También tenemos unas casas que son preciosas. Puedes venir tú, y alojarte, pues tienen tres piezas con sus buenas ventanas. Acabo de comprar el fundo y la M. Salas me dijo que le pusiera Lourdes. ¿Te gusta? Tiene hasta ferrocarril; de todo. Te convido a pasar una temporada. Y lo mejor que no cabemos sino las dos; así es que podemos hablar todo lo que queramos; 

Adiós, ideal y encantadora Picha. Quién sabe cuándo el destino nos juntará. Hiciera ceniza el internado. No la muestres. Rómpela (te lo pido por la Popa). ¿Sí? No te escribo más si sé que no la has roto. Qué desorden más grande. Rómpela, te lo pido por favor. 

Con saludos a tu mamá y hermanos, especialmente a la Inés a quien darás un abrazo; y para ti todo mi amor. 

Ya sabes quién soy. Contéstame apenas te llegue, porque ya me voy el miércoles. 

Adiós, que me voy llorando, 

me voy llorando y te dejo. 

Si no me piensas ver, 

con la esperanza me alejo… 

¿Cuándo vienes? Anda a ver a tu amiga prisionera. 

Mil besos. Adiós, por última vez. A la Filipa se la llevaron. La Monja Ríos no se [la] han llevado, porque Lucita fue a verla el otro día. No le he escrito a nadie porque tú no me contestabas.