Mi Rebeca tan querida: Que el Espiritu Santo haya descendido a tu alma llenándola de su dulce consolación.
No te enojes porque le escribo a Lucho primero, pero es porque él no me tiene tan cerquita como tú, pues espero que constantemente vivirás unida a mi Jesús y por lo tanto con tu carmelita.
Mucho te agradecí tus regalos y todo lo que me enviaste. Todos estos días hemos estado en recreación. Tenemos recreo por la mañana dos horas y en la noche otras dos, además de las que se acostumbran. Hoy celebramos la fiesta de N. Madrecita. Todas le hacen sus regalos. Créeme que verdaderamente me enternecí al ver la sencillez y el cariño que reina entre mis hermanitas. No hay ceremonias ni speeches, y todas se amontonan al lado de nuestra Madrecita para registrar los regalos.
Cada día doy más gracias a Dios de encontrarme en este palomarcito encantador, entre tantas santas. No te imaginas lo santas que son. Yo las venero, y me apeno al verme tan mala y miserable. Tienen que rezar mucho por mí, porque sea una santa carmelita, y luego ¿no?
Me dices te diga mi reglamento. Nos levantamos a las 5, 1/4. A las 6 nos vamos al coro, donde hacemos una hora de oración. Cierran todas las puertas y sólo quedamos viendo la lamparita del Sagrario. Mira que es cosa rica. Después decimos el Oficio Divino, las Horas. Después, la misa, comunión y nos venimos un poco antes de las 9 al noviciado con nuestra Madrecita, rezando el Miserere mei. Pedimos las licencias para salir de la celda, para escribir etc. Tomamos el desayuno en una salita que es también oratorio. Ponemos las tazas en unas bancas y nos sentamos en el suelo. Al principio no hallaba cómo arreglarme, pero ahora estoy acostumbrada. Después arreglamos la celda. Barro el corredor del noviciado. Si no tengo que hacer otra cosa, me vengo a las 10,1/4 a mi celda, en donde tengo que coser hasta las 11. A esta hora, tenemos examen -5 minutos- y nos vamos a comer. En el comedor hay una gran Cruz y una calavera delante de la cual hay que inclinarse. Hambre nunca he sentido. Todo lo contrario. Tomamos sopa de carnes (las novicias) y un plato de viernes como porotos, etc., muy abundante, al estilo de mi tío Pancho, fruta y una taza de té con leche. Después de la comida, a las 12,1/4, tengo que ir a fregar (esta semana únicamente) que es lavar los platos. El primer día que lo hice sola me olvidé de ponerle el tapón al lavadero y principió a caerse el agua. No sé qué habría pasado, si no es por una buenísima Hermanita conversa que me socorrió.
Después me voy al recreo, que termina a la 1,1/4 más o menos. A esa hora vamos a rezar el mes del Sdo. Corazón y ahí te recuerdo especialmente. A la 1 P.M. hasta las dos tenemos libre en nuestra celda (en esta hora te escribo). Pero a veces hay que coser o cualquier otra cosa. A las 2 rezamos Vísperas. A las 2 y media, lectura cada una en su celda hasta la 3. Dando las tres, nos postramos en el suelo y rezamos tres Credos, por ser esa la hora en que murió nuestro Redentor. Nos vamos en seguida al coro a hacer una visita al Smo. de 5 minutos, y nos venimos a la celda a trabajar, u otras veces estamos con nuestra Madrecita. A las 5 menos 1/4 tocan las tablillas y nos preparamos para ir a la oración, que es de 5 a 6 P.M. A esa hora vamos a cenar. A las 7 voy a fregar. Después al recreo -una hora- y después rezamos Completas que concluyen a las 8. Nos venimos a rezar el Rosario al oratorio y nos vamos a nuestras celdas, donde leemos, rezamos o cosemos hasta las nueve, que rezamos Maitines. Enseguida el examen hasta las 10 y media, más o menos. A esa hora me acuesto, porque me demoro en lavarme, pues en la mañana casi no hay tiempo. A las 11 menos un cuarto tocan tablillas para acostarse, y a las 11 P.M. estamos a oscuras para dormir. Desde Completas tenemos que guardar silencio riguroso.
Fíjate que me hicieron leer lecciones en latín en maitines. Ya comprenderás mi susto. Casi lloraba (como siempre) y antes se me confundió todo lo que tenía que hacer y decir, y como no podía hablar, tuve que escribirle a la Hermanita Pedagoga (que es la que nos enseña lo que tenemos que hacer). No te imaginas mis apuros y sustos. Después que leí, fue N. Madre para darme a besar el escapulario. Me hinqué y me vine a acostar, porque así es la ceremonia. La Madre Subpriora, que es la que corre con el Oficio Divino, me hizo un regalo (porque siempre es así), por ser la primera vez que leía. Llegó al Noviciado con una bandeja con frutas, chocolates, chancaca y galletas, y con mis hermanitas novicias le hicimos cariño a todo en presencia de N. Madrecita y Madre Subpriora. Aquí no existe la vergüenza con N. Madrecita. Tal confianza sentimos con ella como con nuestra mamá, en todo sentido.
Ayer amanecí muy cantora. Hice la celda cantando (pero porque era día de recreo). Formábamos dúo con otra hermana novicia. Eso sí, que cada una por su lado. Después, en el recreo, todas nos embromaban. Así pasamos la vida, hermanita querida, orando, trabajando y riéndonos. Ojalá tengas la dicha algún día de encontrarte en este cielito anticipado, donde los rumores y agitación del mar del mundo no llegan. Dios es amor y alegría, y El nos la comunica.
Nada me dices si haces oración. No pierdas, hermanita, el tiempo. ¡Cuánto me pesa a mí el haberlo perdido! Cómo quisiera, desde que tuve uso de razón, haberme dedicado a conocer a este Dios tan bueno, a este Ser infinitamente hermoso, el único Ser digno de ser conocido. Amale, que sólo El merece nuestro amor. Vive en El más que en ti. Dios está más en nosotros que nosotros mismos. Dios nos llena, nos traspasa enteramente, porque [es] inmenso y todas las cosas están en El. ¡Oh hermanita querida! El en su grandeza no se olvida de sus criaturas, y constantemente obra con amor y paternal solicitud. Más aún, siendo Dios Espíritu perfectísimo, ha tomado forma humana; más aún, de pan. Fíjate, se ha rebajado más aún que el hombre, ha tomado forma de cosa, de pan, porque encuentra sus delicias en habitar con los hijos de los hombres. Y que nosotros permanezcamos insensibles, que nos olvidemos de su amor, que no le demos todo nuestro ser, es una monstruosa ingratitud, y El la soporta en silencio, siendo Todopoderoso! Oh hermanita, date a El, ámale y síguele… Adiós.
Los dulces estaban ricos y los confites. Dile a mi mamacita que ayer los comimos.
Saludos. Mil besos y cariños. Tu indigna
Teresa de Jesús, Carmelita
P.D. A la Lucita, que gocé con su cartita y que retraten a la Lucecita bien luego. Pronto le escribiré, porque tengo hace mucho tiempo cartas sin contestar. Manda el retrato mío de guagua y el de Primera Comunión; o mejor, tráiganlo cuando vengan. Saluda a las monjas y a todas mis amigas. En la casa dales un buen abrazo, comenzando desde mi papacito y mamacita, a todos. Diles a las chiquillas que poco a poco les escribiré. Muéstrales esta carta a las Valdés y a la Elenuca, para que sepan el reglamento, porque me lo preguntan.
Anoche, como era jueves, N. Madrecita me permitió hacer Hora Santa hasta las 11,1/4 . Sola con Jesús a esa hora ¡qué cielo! Entonces aproveché para meterte bien adentro de ese Corazón. No me olvido de nadie… Casi todos los jueves he tenido el permiso, porque N. Madrecita, tan buena, no me lo niega. El agoniza, y su Teresa con El .