129. A su madre 10 de septiembre de 1919

129. A su madre 10 de septiembre de 1919

J M.J.T. 10 de septiembre, 1919 

Que el Espíritu Santo sea en su alma, mi mamachita querida: Nuestra Madrecita me encarga escribirle por estar con cuidado por la Rebeca, pues nada sabemos, si se le quitó la fiebre o sigue enferma. 

Tengo una noticia muy consoladora que darle: que el día de la Natividad, nuestra Madrecita me presentó al capítulo para decidir sobre mi toma de hábito, y obtuve los votos de mis hermanitas. No se imagina la sorpresa y emoción que experimenté pues no tenía idea de ello, cuando me manda llamar a la sala de capítulo, porque la votación se había hecho. Entré temblando. Toda la comunidad estaba reunida, y nuestra Madrecita con la capa blanca de coro presidiendo. Créame que creía iba a ser rechazada; cuando oigo que me dice que he sido aceptada, no supe lo que me pasó. E inmediatamente nuestra Madrecita me abrazó, abrazo que duró mucho rato, porque no la soltaba, pues no sabía cómo agradecerle. Enseguida las abracé a todas -casi las desarmé-, tanto que después me embromaban. Verdaderamente sólo Dios puede pagarles que me admitan, pues además de ser tan mala, no sirvo para nada. 

Ahora estoy ya de veras trabajando en la huerta. Me encanta, pues paso sola en ella. El 15 -creo- entramos a ejercicios por 10 días. Los va a dar el Rdo. P. Avertano. 

Adiós. No tengo más tiempo. Ame mucho a Jesús. Tenga confianza en El. Es un Dios-Hombre. 

Saludos a mi papacito y hermanos. Le abraza su indigna 

Teresa de Jesús, Carmelita 

Mándeme Jesús Intimo (Sauve). Léalo Ud., que le encantará, y Lucho y Rebeca, ¿no? ¿Y la libreta negra? Esa carta es para mi mamita y para la Rosa, a quienes les escribí en su día y no les envié la carta. 

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