161. A su padre 18 de febrero, 1920

161. A su padre 18 de febrero, 1920

J.M.J.T. Convento del Espíritu Santo, 18 de febrero, 1920 

Señor don Miguel Fernández 

Mi papacito tan querido: Que la gracia del Espiritu Santo sea en su alma. 

A pesar de haberle escrito sin haber recibido contestación, vuelvo a hacerlo con la esperanza de que esta vez lo hará, pues deseo tanto saber de Ud. 

Mucho me he alegrado tenga consigo a Miguel, pues le servirá de compañía, y para él mismo será esto un bien. Dígale que muy bien ha cumplido su promesa de escribirme, y que no creía que fuera tan ingrato con una hermana que sabe él perfectamente cuánto lo quiere. Nada he sabido del resultado de sus cosechas y de aquel asunto que me habló en su última carta. 

No se imagina, mi viejito tan querido, cuánto es lo que rezo por Ud. todo el día, y cómo siempre, por las noches, le dirijo un Ave María a la Sma. Virgen, para que lo proteja y lo acompañe; ya que su carmelita sólo puede hacerlo con el pensamiento. Mi mamá me envió unos retratos de la Lucecita e Ignacito. He gozado con ellos. Créame que me espanté de lo gordita que es la guagua. Parece que gozan los dos en la playa. ¿Va a ir al Algarrobo a darse unos baños? Le ruego que vaya siquiera por ocho días. No puedo seguir ya más porque, como comienza la cuaresma, no podemos escribir. Y estas líneas me las ha concedido N. Madrecita, porque sabe lo solito que está. No deje, mi papacito, de abandonar todos sus negocios a la Sma. Virgen, poniéndolos bajo su protección. Le aseguro que si todos los días le rezara el Rosario, ella no se lo dejaría de pagar. 

Adiós, papachito tan querido. Salude a Miguel cariñosamente; y Ud., reciba un saludo de nuestra Madrecita que reza por Ud. Y de su carmelita, el inmenso cariño que la hace no olvidarlo ni un momento. Su indigna 

Teresa de Jesús,Carmelita