119. A su hermana Rebeca

J.M .J.T. 

Querida Rebeca: Que Jesús sea siempre el Dueño de tu corazón. 

Me tienes que sacar de un gran apuro. Ahí te envío esa libreta de pensamientos que me prestó la Madre Superiora, y es del P. Avertano. Fíjate que el perrito se entró en nuestra celda y me la hizo pedazos, y la tengo que entregar luego. Por favor, cómprame una igual a la chica colorada y copias los pensamientos que hay en ella. Es como carterita, y en las páginas que estén rotas y no estén concluidos los pensamientos, puedes buscarlos en la libreta negra, porque allí están todos. Cópialos en el mismo orden que están en la libretita colorada, ocupando el mismo lugar, todo exactamente igual y con tu mejor letra redonda chiquita. La necesito para el 15 de agosto. Ojalá que después me los copiaras con letra corriente en otra libreta, para tenerlos y dárselos a la Madre Superiora. Pichita linda, te lo agradeceré con todo mi corazón, pues no sabes el susto que me he llevado. 

Ojalá cuando me escriban me envíen papel, sobres y sellos, ¿no? No tengo tiempo para escribirte más. ¿Cómo te portas en la casa? Saluda cariñosamente a todos, especialmente a mi papá y mamá. A Ignacito dale un apretado abrazo de felicitación. 

Adiós, pichita querida. Escríbeme la libreta con una letra bien bonita, redondita, y que sea la que compren igual a la chica colorada en todo. Te contaría muchas cosas, pero no hay tiempo. Ayúdame a cantar continuamente el cántico de amor y acción de gracias a Jesús. Tu indigna 

Teresa de Jesús, N. Carmelita. 

Si me la puedes tener antes la libreta escrita, te la agradeceré más aún. Hazlo por Jesús. No copies nada más que los pensamientos de la libreta colorada. La otra es sólo para ver los que no se entienden. Perdóname la molestia, pero cuento contigo lo mismo que con mi persona.